¿Qué pasó en Estambul?
Mалина
Cuando se investiga hay veces que se tiene suerte y otras no, pero lo más emocionante acontece cuando, por sorpresa, de pronto encuentras algo que no estabas buscando y cuya aparición, en un sitio totalmente fuera de lugar, ni siquiera podías imaginar. El sentimiento que te embarga es el de que te ha tocado la lotería o el de que ¡alguien, desde el más allá, te lo ha puesto en el camino!
Un historiador, especialista en los aviadores republicanos, es amigo mío desde hace años. Cuando nos juntamos nos contamos aquellas cosas que no se pueden comunicar por whatsapp o por correo. Le estaba hablando sobre una investigación sobre un personaje espía de Franco, de quien sospechaba que hubiese estado involucrado en el secuestro y posterior tortura y asesinato de Jesús Galíndez; todo ello en la República Dominicana, en marzo de 1956, y por orden de Trujillo. Una historia truculenta y apasionante sobre cuyo contexto y final han escrito muchos autores.
Hay un libro al que se atribuye el cierre de aquella historia que -pareciera- que no tenía fin. Se titula “El rapto de Galíndez” de Stuart A. Mckeever, con su primera edición en 2013. Entre los españoles tenemos a Vázquez Montalbán con el título de “Galíndez”. Es que Galíndez fue un vasco del PNV exiliado en la República Dominicana en el 39 y que además trabajó para la CIA. Menciono estos detalles por si alguien no lo conociera.
El asunto es que, además de la implicación directa de Trujillo, tuvieron que dar su consentimiento los americanos y también los españoles, cuya obligación era asentir y mirar para otro lado. El autor americano que menciono demuestra con creces la participación de su gobierno, pero no se ha podido encontrar evidencia de la participación de Franco.
El personaje sobre el que estoy indagando podría haber sido el contacto y la prueba de la participación de Franco. Sabía su nombre, pero nada más. Mi amigo, que escucha con mucha atención, me dice: «pues creo que te voy a poder ayudar. Déjame que llegue a casa, miro y te digo«.
Al día siguiente, me envía tres páginas de un libro que se titula “¡Tarán!” escrito por un aviador español que estuvo en Rusia y participó en la Guerra Patria, Andrés Fierro Ménu, publicado en el 2000. El tarán (del ruso таран «ariete»), es una táctica de combate consistente en embestir el avión enemigo con el morro del avión propio)
Lo más llamativo para mí de lo que se recoge en el libro es lo siguiente:
“La motonave soviética “Krim” avanzaba por el estrecho de los Dardanelos en su ruta hacia España. La noche anterior, cuando el barco estaba todavía en Estambul, le trajeron una nota al camarote que ocupaban en el “Krim”. Se trataba de una citación para que, al día siguiente, a las doce de la mañana se personara en la sala de reuniones del barco.
Durante el día se había rumoreado por el barco que, durante la escala en Estambul, habían subido a bordo, y continuarían viaje hasta España, dos funcionarios del gobierno español.
Cuando entró en la sala de reuniones uno de los hombres le preguntó:
– ¿Y no te acuerdas de mí?
Andrés lo miró con atención: “No, su cara no me dice nada”
¿Y de Salvador Vallina, tampoco te acuerdas?
Resultó que Salvador Vallina había sido compañero de universidad de Andrés. Era un falangista que ya en el 36 se significó bastante.”
El personaje que yo investigaba en relación a Jesús Galíndez se llamaba Salvador Vallina. ¿Cómo podía imaginar que había una relación de otra índole a los pocos meses del asesinato de Galíndez?
A partir de esta revelación resultó fácil localizar el historial de este hombre. En marzo del 56 se encontraba en La Habana, Cuba como agregado de la embajada española. Me acerqué al AGN de Santo domingo para ver todas las entradas y salidas del país tanto por barco como por avión y curiosamente estaban todos los días del año 1956 menos la primera quincena de marzo.
Nadie supo responderme por qué no estaba esa quincena precisamente en su sitio; y hasta el día de hoy no he podido saber si el hombre que busco es el mismo. Toda la suerte se la llevó el “Krim”.
¿Alguien sabe algo?
Portada de ¡Tarán! Avatares de un piloto de caza de la República en dos guerras, 1936-39 y 1941-45, de Andrés Fierro Menú. Edición del autor, 2000, 323 pág.
Pasaje del Crimea, el buque en el que se repatriaron varias expediciones, en 1956-57.
En el grupo, el primero por la izquierda, con una muleta, es Salvador Vallina.