La autora, es Doctora en Historia por la UNED Es un libro riguroso académicamente pero que se lee bien, no exento de vivencias y sentimiento en los que se refleja su empatía.
La autora, según consta en la introducción habla y lee ruso, lo que posibilitó documentarse también en los archivos rusos.
Hace un recorrido cronológicamente ortodoxo y bien estructurado desde la salida de España hasta el retorno de unos y la permanencia de otros evaluando las situaciones y dificultades que se les presentaron a ambos grupos.
Algunos aspectos son si no inéditos, sí poco tratados, como los casos de españoles que estuvieron en los campos de trabajo de la Unión Soviética.
Recoge múltiples testimonios orales de los protagonistas, lo que contribuye al acercamiento humano. Lo que –a mi modo de ver es evitable es que la mayor parte de los casos, tal como dice Inmaculada Colomina: “Con el objetivo de salvaguardar la intimidad y la privacidad de los niños de la guerra entrevistados a lo largo de todo el trabajo sus nombres originales han sido omitidos y se les ha otorgado una alias”. Desde luego que es lógico hacerlo cuando así lo prefiere el entrevistado pero en bastantes casos, por las declaraciones un observador que haya leído y visto reportaje identifica a los protagonistas y duda de que así lo hayan querido ya que han dicho cosas parecidas incluso delante de una cámara.
Independientemente de lo anterior, que puede ser subjetivo, es un libro recomendable tanto para un primer acercamiento al tema como para los más conocedores: Recomendable.
Pablo Fernández-Miranda