Maestra
Aquilina Fernández Zapico
- El Condado, Laviana (Asturias), 10 de Enero de 1915 – ?
- Expedición de El Musel
- Casa de Niños Nº 1, Pravda
- Repatriación a España en 1957
Profesora de español en Rusia
FERNÁNDEZ ZAPICO, AQUILINA. (Lina). Su padre de joven había sido minero y de mayor hacía de intermediario en la compra de madera para las estructuras de las minas. Su madre procedía de una familia con escudo a la que habían desheredado por haberse casado con un hombre de pocas posibilidades, cuanto tenía veintiún años. Una vez casada sacaría adelante a sus ocho hijos, dos varones y seis mujeres (otros dos habían muerto prematuramente), lavando la ropa y dando comidas a los mineros. Más adelante regentaría una tienda-bar. Aún se le morirían dos de las hijas, con 14 y 25 años, a causa de tuberculosis y meningitis respectivamente. Tan solo a un chico y a Lina les pudieron pagar los estudios.
Cuando estalló la guerra, Lina había terminado los cursillos para obtener una plaza de maestra. La suya era una familia absolutamente comprometida. Un hermano era militante socialista y el otro, que era anarquista, tras la derrota de la República pasó 11 años con los maquis de las montañas asturianas hasta que huyó a Francia, donde murió. Los caprichos del destino, cuando era estudiante de magisterio, habían querido que durante una reunión de la FETE (Federación de trabajadores de la enseñanza) viera por primera vez a un profesor catalán y pelirrojo que presidía la reunión. Se trataba de Augusto Vidal Rogel, un maestro de Primera Enseñanza que había obtenido el título el 23 de septiembre de 1930 en la Escuela Normal de Girona, y al que, el 8 de noviembre de 1930 le habían concedido una plaza de propietario-provisional en San Antolín de Ibias, en Asturias. No llegaron a hablarse y ninguno de los dos sospechaba por aquel entonces que, pocos años después, terminarían casándose en las lejanas tierras de Rusia.
Lina, criada en una familia de izquierdas, ya ayudaba durante la revolución de Asturias en 1934 a limpiar las armas para los sublevados, entre ellos la de su hermano anarquista. Participaba en manifestaciones y mitines de su comarca. En 1936, después del alzamiento, repartió octavillas contra los fascistas junto a una amiga. Cuando los nacionales entraron en Asturias, ambas fueron condenadas a muerte. A su amiga la fusilaron. Lina pudo embarcar el 23 de Septiembre de 1937 en un barco de bandera francesa rumbo a Rusia, junto a los niños de un orfanato en el que, por aquel entonces, estaba trabajando.
Durante los primeros años en la URSS, Lina fue maestra en la Casa de Niños número 1, situada en Pravda. Allí es donde vuelve a ver a Augusto que ejercía de profesor en la misma casa, y cuya llegada a Rusia había sido muy distinta. Al iniciarse la guerra se había incorporado al ejército republicano siendo nombrado Comisario Político de División. Al derrumbarse el Frente de Cataluña, huye a Francia instalándose en París y en abril de 1939 llega a Rusia.
Lina era una mujer muy sana física y espiritualmente, que tocaba con los pies en el suelo, con simpatías izquierdistas pero de carácter, vital, con ideas propias. Una muestra de su carácter reside en la siguiente anécdota:
Como no veía la diferencia entre las juventudes socialistas y comunistas, no se hizo miembro de ellas hasta que no se unificaron. A principios de su estancia en Rusia le dijeron que había habido una escisión y le pedían que hiciera un discurso en un mitin a favor de la fracción comunista; al decir ella que no tenía suficiente información para intervenir, el responsable ideológico de la Colonia dijo que no hacía falta que se preocupara de ello, porque el discurso ya se lo escribiría él. Lina, indignada, contestó que no era un loro, y el discurso lo leyó otra…
En 1941, las buenas condiciones de las que habían gozado, se terminan bruscamente con la invasión de los nazis. Las casas de Moscú fueron trasladadas a Asia Central y a los Urales. El grupo de Augusto y Lina fue evacuado a la región de Sarátov, a la región de los Alemanes del Volga, una zona habitada por alemanes desde el siglo XVIII, que después de la revolución se había constituido en república autónoma. El grupo de Augusto y Lina se instaló en Kukkus, un pueblo que en la actualidad se llama Privóljskoie. La casa infantil se emplazó en los locales de lo que había sido la escuela de conductores de máquinas. Durante unas semanas todos los niños mayores tenían la obligación de ordeñar las vacas que transitaban por las calles.
Tras el reagrupamiento en Moscú y pasados los años, las casas de niños se fueron cerrando a medida que los alumnos se hacían mayores. Entonces ambos se convierten en profesores de español, Lina en el Ministerio de Relaciones Exteriores y Augusto en el Ministerio de Comercio Exterior. En mayo de 1957 Lina y Augusto vuelven a España, en el barco Krim (Crimea), junto con con sus dos hijas Helena y Anna María, de 11 y 2 años respectivamente.
Bibliografía
Ramionet Lloveras, Enric (2011): August Vidal. Entre Llagostera I Moscou, Una història personal dins la història del segle XX. Editorial Ajuntament de Llagostera. Arxiu Municipal. Colección Memòria. Records i testimonis. 249 páginas.
Artículos y textos
August Vidal, Entre Llagostera i Moscou.
Enric Ramionet Lloveras