Escultor, pintor
Alberto Sánchez
En Moscú, el surrealismo era toda una provocación para los designios realistas de la ortodoxia, con lo que el escultor hubo de encintar el impulso estético hasta la muerte del dictador. A partir de 1953, Alberto pudo abrirse de nuevo al universo creador y explorar en él sus formas naturales, estilizándolas…como si se pudiese coger una Venus paleolítica y, pellizcándole la piel, estirarla al cielo, como hace la primavera con los vástagos del fresno.
Alberto Sánchez, vinculado estrechamente al ideario soviético, nunca regresó a España y falleció en Moscú en 1962. Entre los niños, por su parte, con la ayuda de Alberto Sánchez y otros educadores, se desarrolló una sólida formación estética que se materializó tanto entre quienes se quedaron en la URSS, como entre los repatriados en 1956, acompañando también a quienes alternaron ambos mundos.
El pueblo español…
El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella. La frase parece un hado, pero es el título de una escultura una de doce metros y medio realizada para la Exposición Internacional de París de 1937.
Alberto Sánchez Pérez, evacuado a la URSS en 1938 y profesor de dibujo de los niños españoles, la había realizado apenas hacía un año para el pabellón español de la Exposición.
La escultura original desapareció, y sólo se conservan de ella una maqueta y la copia que en la actualidad figura a la entrada del Museo Reina Sofía de Madrid.
Alberto Sánchez, casi surrealista
Alberto Sánchez, en el Reina Sofía
El fin del exilio (de la obra) de Alberto
Borja Hermoso. Diario El País, 23/02/2023.