Ideas, navegación y vida de Manuel Cobo Pérez
Marino
Manuel Cobo Pérez
- Saro (Cantabria) 1890 – 1972
- Marinero en el Vapor Comillas
- Jefe de aprovisionamientos en el «Alfonso XIII/Habana»
- Bar «Casa Manolo – La Botella», en Avilés, Asturias
En la tripulación del buque «Habana»
,Javier Pequeño | Asociación «Niños de Rusia».
Esta publicación esta dedicada a la Historia de Manuel Cobo Pérez, marinero del buque Habana, que partió el 13 de junio de 1937 del puerto de Santurce con 1.475 niños rumbo a la Unión Soviética.
Manuel Cobo fue uno de tantos adultos que, dejando atrás la vida que tenían, lograron que los «niños de la guerra» quedaran a salvo de las bombas y el hambre. Manuel Portilla Cobo, junto a Xurde, hijo de Manuel Portilla, han hecho posible la entrevista en la que se documenta la historia de su abuelo/bisabuelo además de facilitar las imágenes que la complementan.
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ENTREVISTA A MANUEL PORTILLA COBO
Entrevistador: Javier Pequeño.
¿Cuando nació tu abuelo y dónde?
Según me dijo mi madre, en su día, Manuel Cobo Pérez es natural de Saro. Nació en el año 1890. Lo deduzco por la fecha de su fallecimiento, el 14 de diciembre de 1972, a la edad de 82 años. Saro es un pequeño pueblo cercano a Sarón un pueblo de Cantabria. Debió de vivir, también, en Bárcena de Villacarriedo, donde debía de residir la mayor parte de su familia.
¿Qué sabes acerca de la infancia de tu abuelo y sobre su adolescencia?
Debió de vivir la mayor parte de ese tiempo en Bárcena de Villacarriedo. Sobre su infancia recuerdo particularmente que el sacerdote del pueblo se ofreció a pagarle los estudios en el Seminario, pero el no quiso ir. De la familia de mi abuelo, puedo decir que eran muchos en casa, y no creo que todos tuvieran estudios. En este tipo de situaciones estaba muy presente el cura del pueblo, pues realizaba algún tipo de selección de futuros estudiantes. Uno de los elegidos fue Manuel Cobo Pérez, aunque él dijo que no, pues anteponía el trabajo del campo a los estudios.
A los 13 años emigró a América del Sur, concretamente a Argentina y después a Cuba. Emigró a Argentina con un amigo del pueblo; posiblemente ambas familias contarían con muchos hijos y ante la imposibilidad de mantener a todos, los mayores se veían empujados a emigrar. En Argentina trabajó siendo camarero y dependiente de comercio durante unos años, para regresar otra vez en barco hasta Cantabria.
Cuando mi abuelo llega a casa de nuevo, su madre lo recibe y le ayuda a buscar trabajo (tanto a él, como a su padre). Su madre (mi bisabuela) había sido nodriza del Marqués de Comillas, a quien fue a visitar para pedirle como favor que les diera trabajo a ambos. De esta manera, mi abuelo y mi bisabuelo comenzaron a trabajar en el Vapor “Comillas”. Con el tiempo el Marqués es quien envía a trabajar a mi abuelo al transatlántico “Alfonso XIII” (posteriormente ”Habana”), perteneciente a la Compañía Transatlántica Española.
La botadura del Alfonso XIII el martes 14 de septiembre de 1920, en Sestao, fue un acontecimiento de primer orden. Los diarios bilbaínos dedicaron una cantidad inusual de páginas a la ceremonia, presidida por el propio Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Los reyes vinieron desde San Sebastián acompañados por la reina madre, María Cristina; el Príncipe de Asturias, Alfonso; y los infantes Carlos, Fernando y Luisa.
En un momento en que el Régimen atravesaba la crisis que desembocaría en el golpe de estado y dictadura de Primo de Rivera, en 1923, entre noticias de atentados o sobre las intenciones del Gobierno de «extirpar los focos de criminalidad terrorista», la prensa celebró el logro que suponía la construcción en Sestao del navío, promovida por la Compañía Transatlántica Española, propiedad del Marqués de Comillas.
Por su trabajo en el barco, fue como mi abuelo conoció a su mujer. Mi abuela materna era asturiana, se llamaba Amalia y era natural de Valliniello, un pueblo situado en la margen derecha de la ría de Avilés. El matrimonio se fue a vivir a Bárcena de Villacarriedo, después de pasar un tiempo viviendo en Barcelona, donde nació mi madre en 1925. Curiosamente, tras la proclamación de la Republica Española, mi abuelo trabajó y colaboró reparando calles en Barcelona durante 6 meses.
¿Qué cargos y trabajos desempeñó durante su vida?
Formó parte de la tripulación del vapor “Comillas”, junto a su padre, desempeñando un cargo que no recuerdo. Posteriormente, fue destinado al “Alfonso XIII”, barco perteneciente también a la Compañía Transatlántica Española, que era propiedad del Marqués de Comillas.
En el trasatlántico Alfonso XIII comenzó trabajando como pinche de cocina, y terminó alcanzando la categoría de jefe de aprovisionamientos. Durante el periodo de la Guerra Civil, el barco pierde el nombre real, pues tras el estallido de la guerra, pasó a formar parte de la flota de la República con el nombre de “Habana”. Entre la tripulación del Habana, mi abuelo era muy apreciado por sus dotes de muy buen trabajador.
Sin embargo, hay una gran incógnita sobre la marcha y desaparición de mi abuelo durante 1 o 2 años, posiblemente debido a que, con la guerra civil comenzada, el cura (capellán del barco), con quien mi abuelo mantenía fuertes conversaciones y discusiones de tipo político, lo delatara a las autoridades franquistas por ser republicano y de izquierdas.
Tras su vuelta, regresó a Avilés y trabajó en la hostelería regentando el Bar Casa Manolo – La Botella, durante unos 10 años. Mas tarde, trabajó como dueño de un taller dedicado a la reparación de calzado, también en Avilés. Ya retirado, trabajó en la huerta y en una pequeña granja para su propio aprovisionamiento doméstico.
¿que sabes sobre su vida durante el conflicto de la guerra civil?
Quizás lo más interesante en la vida de mi abuelo, relacionado con la guerra civil y la marcha de los niños a la Unión Soviética, fue que estando el “Habana” en el puerto de Santurce, habló con su mujer (mi abuela), animándola a enviar a los hijos a la Unión Soviética mientras durara la guerra, a lo que ella se negó. “Manolo, yo los hijos donde yo vaya” fueron laspalabras textuales de mi abuela Amalia.
Mi abuelo entonces le pidió a mi abuela Amalia que huyeran a Asturias. Por lo que mi abuela y sus hijos (entre ellas mi madre) se desplazaron a pie hasta Cabezón de la Sal, y desde ahí fueron en camión hasta Avilés, donde se alojaron en casa de un hermano de mi abuela, que se llamaba Indalecio, “Inda”. Cuando los nacionales entran en Cantabria y llegan a Bárcena de Villacarriedo, preguntan por mi abuelo, pero no lo encontraron: seguía desaparecido; y tampoco a su mujer e hijos, quienes en días anteriores, y aconsejados por la familia del abuelo, habían huido para refugiarse en Avilés, en la casa de Indalecio, el hermano mi abuela Amalia.
Respecto a mi abuelo, estuvo desaparecido durante casi 2 años, hasta el final de la guerra civil; de ello nadie sabe nada al respecto, según me dijo mi madre. Lo único que se puede concluir es que, si trabajó en el “Habana”, y participó en la evacuación de los niños españoles desde Santurce, el 13 de junio de 1937 con destino al puerto francés de Pauillac, su destino durante ese tiempo haya estado ligado al exilio y/o a las disposiciones del Gobierno de La República.
Mi abuelo, tras su desaparición durante 2 años, regresa y vuelve a aparecer tras el final de la Guerra Civil. Primero va a su pueblo original, Bárcena de Villacarriedo, en busca de su mujer y sus hijos, donde le dicen que su familia había huido a Asturias, a casa de un hermano de su mujer en Avilés.
Personalmente describiría a mi abuelo como una persona muy vehemente: él era de izquierdas, el capellán del barco le debió de denunciar y por ello desapareció. Había pasado la primera parte de la Guerra Civil en el pueblo donde nació, junto con su familia, pero debido al avance del bando nacional, se vio forzado a desaparecer.
¿Como fue su vida en Avilés tras el final de la guerra?
Tras su llegada a Avilés y reunirse con su familia en casa de Indalecio, mi abuelo se encontró sin trabajo, por lo que decidió con ayuda de su cuñado, abrir un bar. Lo inauguró en 1939 y mi padre lo cogió en traspaso desde 1949 a 1976. La planta baja del local funcionaba como bar, y arriba como vivienda. El bar sigue existiendo, aunque el espacio de la vivienda se emplea actualmente como un comedor que complementa al bar.
Para la apertura del local, mi abuelo hubo de ir al cuartel de la Guardia Civil para pedir el permiso. El guardia civil que lo atendió lo conocía, pues mi abuelo, cuando navegaba, estaba relacionado con el contrabando de máquinas de escribir, entre el puerto de Bilbao y el de Avilés. Cuando el Guardia Civil lee su ficha, mi abuelo figuraba como “rojo peligroso”, por lo que el guardia le aconseja: “Ten el bar cerrado 3 meses, para intentar hacer algo y hacer que desaparezca la ficha”. La inesperada ayuda por parte del guardia civil, creemos, se debió a la relación y amistades que mi tío abuelo Indalecio tenía con cargos de La Falange, cuya intervención fue providencial. Consiguieron amañar las cosas, la ficha desapareció o la borraron, y de esa manera consiguió abrir el bar.
Para mi abuelo, todo ese proceso supuso una humillación, tanto la intervención de su cuñado, como la del guardia civil. Nunca agradeció las ayudas debido a su pensamiento y a su mentalidad. Y así, mi abuelo abrió el bar «Casa Manolo – La Botella» en Avilés, en la Calle Emile Robin nº 10. Se llamó bar “Casa Manolo” por mi abuelo, y cuando mi padre lo cogió le dejó el mismo nombre. También se le llamaba “La Botella” debido a que en una de las paredes había un mosaico de azulejos con una de «Anís de la Asturiana», aunque los azulejos desaparecieron cuando se reformó la casa en 1963.
Recuerdo alguna otra historia que me contó mi madre sobre mi abuelo. Como bien mencioné antes, él era poco prudente, principalmente por las cosas que se permitía hacer en aquella época: en ocasiones, cuando la gente caminaba por la ciudad y pasaba por delante de la plaza del Ayuntamiento, se levantaba el brazo y se decía “viva España”; él hacia lo mismo, pero decía “viva la UHP” (Unión Hermanos Proletarios).
En ocasiones se reunía con correligionarios de izquierdas y republicanos, en reuniones clandestinas que debían hacerse con mucha cautela. Tenían lugar en Casa Fontela o Almacenes Fontela, una tienda de tejidos en cuya trastienda se celebraban. Las reuniones consistían principalmente en tertulias de política, y al final de ellas cantaban todos juntos La Internacional.
Casa Manolo era un bar familiar y las personas que frecuentaban este local sabían que su dueño era de izquierdas. Recuerdo una historia sobre una ocasión en que entró al bar un fascista de quien se sabía que había matado a un paisano de izquierdas. Ante la advertencia que se le hizo de que no se le iba a atender, mi madre se meó de miedo, al pensar en el riesgo que corría mi abuelo cuando dijo: «no voy a atender a un asesino”.
Mi abuelo nunca quiso nada que viniera de las instituciones franquistas, ni siquiera que mi padre mirara si tenía derecho a cobrar una pensión por los años que había trabajado. Mi abuelo siempre decía que «de esos no quería nada de nada”
¿Qué es lo que mas recuerdas de él en tu infancia?
Yo nací el día 10 de noviembre de 1949 en Avilés. Nací en la vivienda que había encima del bar de mi abuelo, la misma casa en la que mi madre dio a luz a 4 hijos. Lo que más recuerdo de él, de cuando yo era pequeño, era su actitud con la cultura y una personalidad muy abierta. Me hablaba muchas veces de los lugares que conocía, sobre todo de sus viajes en el transatlántico “Alfonso XIII”/ “Habana” por Barcelona, New York o Cuba.
En cuanto a sus ideales, siempre fue un republicano de izquierdas muy fiel, y un admirador de la U.R.S.S. Era una persona muy trabajadora y en el trato con sus nietos insistía en que fuéramos siempre bien educados, buenos estudiantes y trabajadores.
Siempre recordaba la ciudad de Barcelona con nostalgia y felicidad: para él era una ciudad muy adelantada a su tiempo. Mi abuela Amalia murió en el año 40 o 41, y fue enterrada en el cementerio de La Carriona, en Avilés. Mi abuelo se volvió a casar, y vivió con su segunda mujer hasta que murió. La segunda esposa de mi abuelo era una señora viuda de un republicano, fusilado por los nacionales, que también era de Avilés.
Manuel Cobo Pérez, marinero en buque Habana.
Manuel Cobo junto a su primera esposa, Amalia, y sus hijos. La primera hija, por la izquierda, es Dolores Cobo, madre de Manuel Portilla.
En el «Bar Manolo – La Botella», de Avilés, Asturias. Manuel Cobo, con gafas, y a su derecha, María, su segunda mujer.
1953. Manuel Cobo con su nieto, Manuel Portilla.
El buque Habana.
Reseña de prensa en la partida de El Habana.
La partida de Santurce
Información sobre la partida de Santurce, en el buque Habana, el 13 de junio de 1937.