France Navigation, la compañía roja.

France Navigation, la «compañía roja» (1)
Las historias de los barcos y su mundo son fascinantes. Son como las historias de las personas, tienen certificados de nacimiento, vida y defunción. Una vez que te relacionas con una de esas historias ya es imposible ser indiferente y sin querer te ves envuelto en una búsqueda llena de sorpresas. Muchas veces las historias personales están ligadas fuertemente a las historias de los barcos.

Durante la Guerra Civil Española, se fundó una empresa francesa con capital español y de la Internacional Comunista, que se llamó Compañía France Navigation. Fue fundada el 15 de abril de 1937 (2), y se la conocía por el sobrenombre de “Compañía Roja”. Se genera bajo el mismo impulso de la creación de las “Brigadas Internacionales”: la intención era contrarrestar los efectos de la “no intervención”, es decir, el cierre de las fronteras pirenaicas y el bloqueo marítimo a España, para poder así abastecer de armas, aviones, tanques, etc a la España republicana, en su lucha desigual contra los ejércitos de Hitler y Mussolini, las fuerzas coloniales franquistas, los regulares, el Tercio, las tropas portuguesas, etc.

La compañía nació como “comercial” (excusa para sus actividades internacionales) y compró enseguida varias embarcaciones, llegando a ser en 1938 la cuarta compañía comercial francesa, con más de 24 barcos. La «Compañía roja» tuvo un éxito económico enorme. Se cuenta que Stalin la llamaba “la perla de la Internacional”.

El jefe de la empresa era Giulio Ceretti, italiano con experiencia en transporte marítimo, y como segundo de a bordo figuraba Georges Gosnat, si bien el alma de la naviera era Edgard Manguine (del Partido comunista francés). El reclutamiento de marineros, que tenían que ser de máxima confianza, corría a cargo de Ahmed Ghalila, tunecino de las islas de Kerkennah, quien proveía de expertos marineros a los buques de la “France Navitation”. Ahmed Ghalila fue sindicalista en su isla, y los originarios de ella eran famosos por ser muy buenos navegantes y marineros.

Los buques de carga mas grandes de France Navigation, es decir, el Bougaroni, el Bonifacio, el Guilvinec, el Gravelines, el Saint-Malo y Winnipeg, recalaban en el puerto militar soviético de Murmansk, donde cargaban armas y demás material militar para traerlo a los puertos de la región de Burdeos (con 400 idas y vueltas en dos años). De Burdeos, por camiones o tren, se transportaban con máximas precauciones y secreto a los puertos españoles del Mediterraneo. France Navigation podía contar, además con unos 2.000 marineros militantes, dispuestos a comprometerse con las redes portuarias, aduaneras, de paso e incluso policiales del Partido Comunista Francés, pues la frontera estaba oficialmente “cerrada” por la falsa “no intervención”. Entre las complicidades de algunos socialistas opuestos a la “no intervención”, figuran la de Jean Moulin y el ministro de las Fuerzas Aéreas, Pierre Cot.

Los buques de la compañía, más allá del abastecimiento en armas, contribuyeron también a evacuar civiles. Salvaron alrededor de 10.000 personas tras la caída de Santander, del País Vasco, etc, en manos de los franquistas, y trataron incluso de evacuar con cinco barcos, el 30 y el 31 de marzo de 1939, a los republicanos atrapados en los muelles de Alicante. La operación fue imposibilitada por el bloqueo de los buques de guerra franquistas y la no intervención deliberada de los “torpilleurs” franceses (que se encontraban cerca de las costas de Alicante), por orden del pro franquista ministro francés de Asuntos Exteriores, Bonnet. Esa fue una de las ultimas traiciones de la “no intervención”.

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1. La historia, con muchísimos más detalles, aparece en el libro “Les Brigades de la Mer”, de Pierre Broué

2. “La guerra Civil Española en el mar” por Michael Alpert.